9 técnicas de estudio esenciales para exámenes difíciles

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Enfrentarse a un examen difícil sin conocer las técnicas de estudio fundamentales suele ser una de las experiencias más desafiantes de cualquier estudiante y profesional. A mi parecer, la presión de memorizar no solo un montón de información, sino especialmente conceptos complejos, cuyos detalles se nos escurren de las neuronas, es uno de los principales detonantes de ansiedad, lo que más temprano que tarde suele entorpecer nuestro rendimiento.

Cuando a esto le sumamos una sensación constante de falta de tiempo, entonces tenemos la receta perfecta para que la parálisis por análisis haga lo suyo: nos sobrecargamos de información, evaluamos decenas de variables distintas sin llegar a ninguna solución y al final, sencillamente, no avanzamos. Todos conocemos el próximo paso: procrastinar durante horas (en búsqueda, quizás, de un poco de control).

Te tengo buenas noticias: con las técnicas de estudio adecuadas, es posible dominar incluso las evaluaciones más intimidantes. Descubre a continuación 9 estrategias clave que te ayudarán a optimizar tu aprendizaje, aprovechar al máximo tu tiempo de estudio y enfrentar cualquier examen con la claridad mental necesaria.

La ciencia de las técnicas de estudio

Antes de pasar a lo que nos compete, primero debemos detenernos en la ciencia de las técnicas de estudio, específicamente en un principio del aprendizaje que guiará todas nuestras estrategias de retención a largo plazo: el active recall.

Preguntas que me hacen a menudo: «Manu, ¿sirve subrayar? ¿Sirve hacer resúmenes? ¿Sirve hacer esquemas? ¿Sirve decirlo en voz alta?». Mi respuesta suele ir más o menos del siguiente modo: «Depende. ¿Estás recordando activamente?».

¿Qué es el active recall?

El active recall, o recordar de forma activa, alude a hacer el esfuerzo de traer a la memoria lo que estudiaste. Así, tan simple y obvio como suena. Si estás estudiando un tema por primera vez, debes intentar recordarlo lo antes posible, dentro de los primeros minutos, sin ayudarte con apuntes y sin leer. Leer es una cosa, repasar con active recall es otra. Leer de manera pasiva no ayuda a fortalecer la huella de la memoria; esforzarte en recordar, sí.

Cuando quieras repasar un tema algunos días después y cerciorarte de que ha comenzado a consolidarse en tu memoria a largo plazo, debes hacer lo mismo: traerlo a la memoria, sin ayuda. ¿Por qué? Porque así es en la vida real: se te evalúa sin trampas, sin apoyos. Así es, también, en el mundo laboral: en el tribunal, en el hospital, en la consulta. Incluso en la mesa, conversando con tu familia, no tendrás material de estudio a mano. Hablarás sobre lo que sabes y ya.

Consejo: no pierdas más de 30 segundos en tratar de recordar algo cuando quieras favorecer el active recall. Con toda probabilidad, deberás leerlo (estudiarlo) nuevamente. En mi caso, cuando me he preparado para batir récords de memoria, no me he dado ni siquiera más de 10 segundos. El tiempo es oro, hay miles de puntos por repasar aún. No te estanques: es más importante avanzar.

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Hagas lo que hagas, debes esforzarte en traer a la memoria para consolidar el conocimiento.

Técnicas de estudio basadas en el active recall

Las técnicas sobre las que hablaremos acá siempre se basarán en el active recall. Si no, no estaremos sacando todo el provecho de ellas. Asimismo, seremos flexibles con este concepto: es esperable que en una primera instancia de estudio no puedas recordar de forma activa con mucho éxito. Es normal, pues tu cerebro recién se está habituando a ese conocimiento.

9 técnicas de estudio clave para exámenes complejos

Ahora que entendemos que recordar activamente es esencial, pasemos a las técnicas de estudio.

1. Lectura activa

Pongo la lectura activa en primer lugar porque esta técnica es la mínima que deberías aplicar si quieres retener a largo plazo al leer.

La lectura activa es la forma más esencial de favorecer el active recall. Simplemente, lee un fragmento, luego aparta el texto y al final pregúntate qué acabas de leer.

Te aconsejo encarecidamente que para evocar te pongas de pie y lo expliques en voz alta, ayudándote con movimientos de brazos y manos para darle «forma» a ese concepto. Mientras más sentidos involucres, más rica será la huella de esa memoria y, por ende, más probable que te acuerdes.

Consideraciones sobre la lectura activa

  • Si te encuentras en un lugar en el que no puedes hablar en voz alta (como una biblioteca), susurra despacio o dilo en tu mente. Como sea, debes esforzarte en recordar lo que acabas de leer.
  • No apliques la lectura activa para demasiadas páginas de un tirón o no podrás acordarte de todo, especialmente de lo primero que leíste. Hazlo por segmentos. Estos deben ser más breves que extensos. Por ejemplo, por conceptos, no por capítulos.
  • Cuando tengas dudas, escríbelas en tu cuaderno. Recuerda que si necesitas respuestas, debes hacerte preguntas.
  • Cuando sientas que tienes poco tiempo para estudiar, remítete a esta técnica de estudio. Insisto: es la mínima que deberías emplear si quieres favorecer la retención a largo plazo.

2. Mapas mentales y mapas conceptuales

Estas son unas de las favoritas en el mundo de las técnicas de estudio, especialmente gracias al potente apoyo visual que pueden constituir y al esfuerzo mental que exige su elaboración, esencial para recordar a largo plazo.

Mapas mentales

Un mapa mental es una técnica de estudio visual que te ayuda a organizar ideas de forma clara y creativa. Es un diagrama que comienza de una idea principal en el centro y se ramifica hacia fuera con ideas relacionadas, como si fuera un árbol de la vida o, si se quiere, una gran ciudad desde la que se desprenden autopistas que conectan con distintos pueblos.

Este método es particularmente útil para temas o conceptos complejos, conformados por diversas ideas o subconceptos.

Elabóralo de este modo:

  • Idea principal: Escribe en el centro de la hoja el concepto o idea central que quieres estudiar, dentro de un cuadro.
  • Ramificaciones: Desde el centro, dibuja líneas hacia fuera que se conecten con ideas clave o categorías principales relacionadas con el concepto central, también dentro de cuadros.
  • Subramificaciones: Desde esas líneas principales «primarias», dibuja las ramificaciones que sean necesarias para conectar con subtemas u otros detalles específicos.

Para el diseño, considera lo siguiente:

  • Palabras clave: Usa palabras clave para representar las ideas en cada ramificación. Es fundamental mantener el poder de síntesis dentro de cada cuadrito. Esto favorece la claridad y creatividad, lo que puede contribuir con la comprensión (por principio de la elaboración).
  • Imágenes: Debes dibujar una imagen simple, estilo emoji o ícono, en cada uno de los recuadros. Esto es parte del apoyo visual, para que recuerdes mejor cada concepto y la relación entre ellos.
  • Color y estructura: Aplica colores diferentes a las ramas para organizar mejor la información y hacer el mapa visualmente atractivo. La idea es que utilices un solo color por ramificación.

En resumen, tu mapa mental debería verse algo así:

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Mapas conceptuales

Los mapas conceptuales son la representación gráfica de un tema por medio de cuadros y líneas que conectan cada una de las ideas que conforman dicho tema.

Es básicamente lo mismo que un mapa mental, a diferencia de que es menos rígido en su elaboración. No es necesario usar colores para las ramificaciones o imágenes para cada concepto o subconcepto. Tampoco exige comenzar al centro; al contrario, usualmente se comienza desde arriba y se continúa hacia abajo.

El mapa conceptual es algo así como la versión breve del mapa mental. Si requieres de ayuda visual para estudiar y sientes que determinado día tienes poco tiempo para alcanzar a cumplir tus metas de estudio, opta por un mapa conceptual para hacerlo más rápido.

Cómo favorecer el active recall con mapas mentales

Si observamos el contenido de un libro de texto y en paralelo elaboramos un mapa mental, ayudaremos a generar una primera parte de la huella de la memoria: el camino de ida, el de la comprensión, el de la elaboración.

Pero si queremos retener a largo plazo y poder recordar la información posteriormente, debemos recordar de forma activa. No es negociable. Es decir, necesitamos potenciar el camino de vuelta de la huella de la memoria.

Mi consejo es que si realizas un mapa mental mientras lees el texto a la par, luego te esfuerces en realizar el mismo mapa mental, pero sin ayuda, sin consultar el texto. Así favorecerás el active recall y, por lo tanto, contribuirás de manera mucho más potente a consolidar la memoria a largo plazo.

3. Método Cornell

El método Cornell, que fue propuesto en los años 50 por un profesor de la universidad homónima, es el resultado de varios experimentos con estudiantes.

Hoy día podemos complementar las investigaciones de este método también con la teoría: y es que favorece tanto la comprensión de un tema como su retención a largo plazo.

Aunque se suele asociar más a la toma de apuntes durante una clase que al estudio individual, nosotros intentaremos sacar su máximo provecho para ambas instancias.

Primero, divide tu hoja de apuntes en estas 4 partes:

  • Título: Escribe el nombre del tema sobre el que trata la clase. Por ejemplo, «Células cerebrales».
  • Notas: Escribe los apuntes que tradicionalmente tomarías en clase. Es fundamental el poder de síntesis. Recuerda que anotar todo de forma literal no estimula la memoria a largo plazo. Por ejemplo, «Tipos de células cerebrales», y dos flechas que emerjan de ahí, «neuronas y neuroglía».
  • Claves: Mientras vayas rellenando estas notas, te irán surgiendo preguntas y comentarios; estas serán las claves. Por ejemplo, «Neuronas transmiten el impulso nervioso, entonces ¿para qué sirve la neuroglía?».
    • Esta parte es mi favorita, porque favorece el estudio activo y mantiene estimulada tu memoria de trabajo. Esto último ayudará a evitar que esos recursos se «llenen» con distracciones. Por lo tanto, te ayudará a sostener mejor la concentración.
  • Resumen: Al final de la clase o del estudio de un concepto, debes anotar un resumen de lo que estudiaste. Date por lo menos un minuto, vale absolutamente ese tiempo.
    • No te saltes esta parte, porque es la que te ayudará a recordar activamente (y es gracias a este principio que comenzarás a consolidar la huella de la memoria).

¿Cuándo aplicar el método Cornell?

Aunque en general se enseña esta técnica para tomar apuntes, no lo restrinjas solo a esta dimensión. Cuando estés estudiando un tema muy complejo, aplica el método Cornell para comprenderlo mejor, en especial cuando estudies un concepto por primera vez.

4. Técnica de Feynman

El premio Nobel y físico cuántico Richard Feynman se dio cuenta de que sus estudiantes que recordaban mejor la materia eran aquellos que ofrecían ayudantías, aunque no hubiesen destacado como buenos estudiantes antes de comenzar a enseñar.

Razonó que una de las mejores formas de aprender y retener a largo plazo era enseñando (spoiler: hoy sabemos que tenía razón). De este modo, propuso un método de estudio basado en la idea de enseñar a otros y lo resumió en 4 sencillos pasos.

Toma nota.

Paso 1: Estudiar

  • Determina el tema que quieres estudiar. Escríbelo como título en una hoja.
  • Lee y estudia por partes. Al terminar cada una de estas partes (párrafo, concepto, definición), descríbela en una hoja de papel con tus propias palabras.
  • Recomendación: haz flashcards de preguntas relacionadas con el tema de estudio (en trozos de papel; ¡no tienen que ser perfectos!).

Paso 2: Enseñar

Acá tienes dos opciones: 1. Que una persona te ayude haciendo de interrogador. 2. Que te imagines que se lo enseñas a alguien. Esta última es la opción más viable.

Ayúdate con las flashcards del paso 1 para simular que un público imaginario te hace preguntas.

Saca una flashcard al azar, léela como si alguien te estuviera preguntando y responde con tus propias palabras.


Lo normal en el paso 2 es que notes algunos vacíos, partes no muy claras. Anota estos vacíos, puesto que nos llevarán al paso 3.

Paso 3: Llenar los vacíos

  • Debes volver a estudiar el tema, concentrándote especialmente en los vacíos del paso 2.

  • La idea es resolver solo las debilidades (para optimizar el tiempo) y así lograr no solo un mejor dominio del tema, sino también un estudio más eficiente.
  • Considera emplear el método Cornell del punto anterior: podrá ayudarte a favorecer la comprensión (y por lo tanto la primera «entrada» del conocimiento).

Paso 4: Sintetizar

Cuando eres capaz de explicar algo complejo en términos simples, con mucha probabilidad tu mente ha logrado conectar de forma exitosa el nuevo conocimiento.
Para explicarlo, haz lo mismo que en el paso 2:

  • Bien se lo explicas a un interrogador que te ayude, bien lo explicas a solas, ayudándote con las flashcards del paso 1.
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Feynman se dio cuenta de que quienes enseñaban eran los que mejor recordaban.

Ventajas de la técnica de Feynman para estudiar

La técnica funciona porque hace uso del principio del active recall (te insta a recordar activamente) y del principio de elaboración (evalúas la información). Además, propone un método (4 pasos), lo que facilita el proceso de puesta en marcha.

Recuerda la sigla EELS (así como un «él» en plural y con una E adicional al principio): Estudiar, Enseñar, Llenar los vacíos, Sintetizar.

No olvides que el paso 1 y el paso 3 son análogos (en ambos casos debes estudiar), y que el paso 2 y el paso 4 también lo son (en los dos debes recordar activamente).

Desventajas de depender exclusivamente de este método

Aplicar esta técnica para absolutamente todos los temas puede tomar tiempo, en especial para exámenes difíciles, complejos o de mucha materia.

Te aconsejo aplicarla de manera estratégica, solo para esos temas fundamentales, indispensables, imperdonables.

5. Asociaciones mentales

Las asociaciones son imágenes mentales que facilitan la memorización (y por lo tanto la recuperación) de un concepto. Se basan en el principio neuropsicológico de la «facilitación», el cual ha sido avalado por diversas investigaciones. Es decir, plana y llanamente, funciona.

Y no solo funcionan: las asociaciones mentales, junto con los palacios, son dos de las técnicas esenciales que me han permitido batir récords de memoria. Con justa razón, puedo decir que mi vida no ha sido la misma desde que las descubrí.

Con todo, en mi experiencia he notado a dos tipos de personas con respecto a esta técnica de estudio: quienes la aman y quienes no. El motivo por el que puede causar cierta desconfianza reside en su dependencia exclusiva, como sucede en realidad con cualquier estrategia: no puedes aplicarla para absolutamente todo. Debes hacerlo con prudencia y en casos específicos.

Estos casos específicos son en general información que requieres retener al pie de la letra, como nombres que necesitarás recordar los próximos minutos o conceptos muy técnicos (común en derecho, medicina, historia y ciencias en general). Te va a quedar más claro con algunos ejemplos.

Ejemplos de asociaciones mentales

Si conoces a un Pedro en un escenario profesional y es clave que te dirijas a él por su nombre, entonces imagina una piedra enorme sobre la corona de su cabeza mientras lo saludas. Repite su nombre en voz alta: «Hola, Pedro». Desde luego, déjate es imagen mental para ti.

Este es el famoso concepto neuropsicológico de la «facilitación». Cuando encadenas elementos nuevos (el nombre) con elementos conocidos (una piedra, que suena similar a Pedro, y además la corona de su cabeza), entonces tu memoria florece, pues comienza a conectar.

Si estás estudiando inglés y necesitas recordar que la palabra address significa «dirección», entonces imagina a un Andrés que conozcas conduciendo un auto rumbo a su dirección. Estás haciendo lo mismo: conectando elementos nuevos con cosas conocidas.

Método de la cadena

Las asociaciones mentales alcanzan su punto cúlmine cuando logras conectarlas en una sola gran historia; mientras más absurda, mejor (no por nada tu cerebro recuerda tan bien los momentos más vergonzosos de tu vida). A la historia que resulta de la conexión entre asociaciones mentales se le conoce como método de la cadena.

Esto fue lo que hice cuando recité de memoria más de 2000 eventos de historia universal durante 8 horas: imaginé historias una y otra vez en mi cabeza, y luego fui diciendo en voz alta la versión decodificada, es decir, el conocimiento en sí. Esta parte de decodificar es esencial durante el estudio con asociaciones: es en ese momento cuando favoreces el active recall.

La historia absurda en sí no tiene ningún sentido si no te esfuerzas en traer a la memoria lo estudiado. Las asociaciones son puentes mentales, son «pistas» para poder recordar mejor algo que ya sabes.

Por ejemplo, el número 438 en mi mente es un barril. Por ahora, créeme nada más: dominar un sistema alfanumérico requiere algunas semanas. Si estudias alguna carrera en que los números son habituales (leyes en derecho, farmacología en medicina, constantes en matemáticas y ciencias, etc.), te recomiendo leer el artículo sobre mi sistema PAT para memorizar números (y gracias al que batí el récord panamericano de la recitación del número pi, tras evocar sin errores los primeros 20.000 decimales).

De modo que mi 438 es un barril. Cuando me preguntan por el año 1438, sencillamente omito el milenio (es trivial) y pienso qué está pasando con un barril. Como ya recordé activamente varias veces dicha imagen mental, la predicción que hace mi cerebro es inmediata: del barril emerge una plancha expandiéndose.

Esta imagen mental debo decodificarla: «Ah, la plancha es Pachacútec y la expansión alude a la expansión del Imperio Inca». Entonces, digo en voz alta el conocimiento (active recall): «El año 1438, Pachacútec comienza la expansión del Imperio Inca, el que con el tiempo abarcará territorios de lo que son actualmente Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile, llegando a ser el imperio más grande de América».

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Cuando decodificamos una asociación mental, solo entonces favorecemos el active recall.

Usa las asociaciones mentales sabiamente

Repito lo que comenté arriba: no dependas exclusivamente de las asociaciones para estudiar. Son maravillosas para retener a largo plazo, pero sigue siendo fundamental que favorezcas la comprensión con otras técnicas de estudio.

Hago esta acotación debido a que muchas personas se emocionan tanto en un principio con las asociaciones (tras notar que realmente funcionan), que luego se olvidan de seguir implementando otras estrategias.

En todo caso, recuerda que memorizar y comprender no son estrategias excluyentes. Como pudiste ver con el ejemplo de las fechas históricas, son estrategias complementarias.

Ahora bien, puede que te estés preguntando cómo se hace para recordar tantas historias absurdas y organizarlas de manera que no nos olvidemos de ellas. Entra en escena la técnica del palacio mental.

6. Palacio de la memoria

Al igual que con las asociaciones mentales, la técnica del palacio de la memoria puede ser un aliado fundamental en tus exámenes difíciles o colosales, específicamente cuando debes retener grandes cantidades de información de manera organizada.

También se le conoce como método loci (se pronuncia «loki», pues viene del latín) o, en su traducción literal, método de los lugares.

Cómo hacer un palacio mental

Las buenas noticias: no tienes que haber estado en un palacio para comenzar a aplicar esta técnica. Para nada. De hecho, basta con pensar en cualquier lugar en el que hayas estado en el pasado (gracias al principio de la facilitación, del que ya hablamos).

  • Imagina un lugar conocido, como tu casa, el departamento de tu mejor amiga, la universidad, la oficina, etc.
  • Sigue una ruta coherente. Es decir, comienza desde la entrada y recorre ese lugar tal y como si estuvieras ahí, empleando solo tu imaginación. No importa que no recuerdes los detalles: solo importa la sensación de estar ahí.
  • Elige estaciones. Las estaciones serán lugares estructuralmente relevantes o memorables, como sillas, mesas, muebles, el WC, tinas, lavabos, esquinas, puertas, escaleras, etc. Importante: toma nota de dichas estaciones o las olvidarás. Yo uso planillas de Google o de Excel. Siempre tengo mis palacios y estaciones por escrito.
  • Deposita tus asociaciones en cada estación. Recomiendo que utilices el método de la cadena para optimizar el uso de estaciones (y, por ende, de palacios). En mi caso, ubiqué 10 eventos históricos por estación (eso es un montón de asociaciones interactuando entre sí). Esto facilitó bastante la elaboración de mis palacios mentales. Desde luego, escribe estas historias en tus planillas, junto a las estaciones que correspondan.
  • Estudia tu palacio mental. Lee cada historia absurda, imagina las asociaciones interactuando entre sí en cada estación (mientras más exagerada, mejor). Cierra los ojos y dila en voz alta. Ahora, di en voz alta el conocimiento, el tema, la materia que acabas de estudiar. Al igual que con las asociaciones y las historias, con los palacios no podemos quedarnos ahí: debemos decodificar, solo entonces estaremos favoreciendo el active recall.

Para más detalles sobre el palacio de la memoria, te recomiendo ver mi masterclass gratuita, en donde enseño en 90 minutos la técnica tal y como la aplico yo para batir récords de memoria.

7. Ejercicios prácticos

La simulación en todo sentido es fundamental cuando te preparas para rendir exámenes difíciles. Es por esa razón que los ejercicios prácticos, las pruebas pasadas (en caso de que tengas acceso a ellas) y las interrogaciones son tan efectivas.

Si tienes guías a mano, resuélvelas. Si tienes la posibilidad de reunirte con grupos de estudio para interrogarse entre ustedes, hazlo. Si puedes pedirle a una inteligencia artificial ejercicios prácticos relacionados con tu examen, escríbele ahora mismo.

La clave de los ejercicios prácticos

Resolver ejercicios es importante, pero puedes caer en un pequeño problema: acostumbrarte a resolver solo ejercicios sencillos.

Esto es particularmente importante en los exámenes difíciles y en carreras que exigen criterio, análisis y resolución de problemas.

¿Cómo combatimos este inconveniente? Poniéndote ejercicios cada vez más difíciles. No te conformes con resolver solo los problemas sencillos. Busca maneras de desafiar a tu cerebro más y más. Sin darte cuenta, comenzarás a mejorar muy rápido.

Ayúdate con la IA

Haz uso de la inteligencia artificial, como Chat GPT, para que te ayude a generar problemas y ejercicios. Para mi estudio de los eventos históricos, yo mismo le iba dando los eventos que debía memorizar, le pedía que generara tablas para cerciorarme de que comprendía bien el desafío y luego le decía explícitamente que era mi interrogador.

De este modo, el chat me ponía a prueba. Yo escribía, en orden, el año y el evento correspondiente a dicho año (de una base de datos que le brindé). Es importante darle instrucciones claras para que no se equivoque. Asimismo, procura darle ejemplos de ejercicios resueltos que te hayan funcionado previamente. Así comprenderá mucho mejor el estilo de lo que necesitas.

Si te ayudas con una IA, recuerda compartirle los ejercicios prácticos que mejor te hayan funcionado para darle contexto.

8. Flashcards

Las flashcards son tarjetas que incorporan una pregunta a un lado y una respuesta al otro. Pueden ser físicas (en papel) o virtuales (en una aplicación). Constituyen una de las formas más simples de favorecer otro de los principios del aprendizaje esenciales: la repetición.

Para recordar a largo plazo, debes repasar. Esto es tan importante como recordar activamente. De hecho, cuando repases, lo que quieres hacer es precisamente esforzarte en recordar. Así surge la técnica del repaso espaciado.

Aplica el repaso espaciado con una aplicación de flashcards

En mi experiencia, la mejor manera de favorecer el repaso espaciado es con aplicaciones de flashcards, como Muna o AnkiApp. Utiliza la que más te acomode. No le des tantas vueltas.

Estas aplicaciones te mostrarán más seguido las flashcards que respondes mal y menos seguido las que respondes bien. Gracias a esta sencilla idea, podrás potenciar tus debilidades y obviar aquello que ya dominas bien, haciendo más eficiente todo tu proceso de estudio.

Mi experiencia personal con el repaso espaciado

¡Qué habría sido de mi estudio sin flashcards! En mi caso, lo que hice los primeros meses de preparación (luego del «primer» estudio de cada evento histórico) fue ir repasando cada evento del siguiente modo: la flashcard solo me mostraba el año en cuestión y yo debía visitar mi palacio mental, estación por estación, para evocar la asociación y luego decodificarla.

Una vez que decía en voz alta el evento, entonces daba vuelta la flashcard para constatar si lo había dicho o no. Y eso es todo.

En este reel de Instagram explico cómo importar flashcards ayudándote con planillas (como Excel o Google Sheets), para que no tengas que escribirlas todas desde el celular y puedas hacerlo desde el computador, lo que es mucho más rápido. Atención, que en el video propongo utilizar la técnica de las primeras letras para la parte de las respuestas. Es solo un ejemplo. Si gustas, puedes escribir la respuesta completa o un resumen.

9. Hábito de estudio

Aunque no es una «técnica» propiamente tal, no puedo dejar de mencionar este punto, probablemente el más importante.

Todas las técnicas de estudio que has aprendido en este artículo no tendrán ninguna utilidad si no te sientas a estudiar, si no te acostumbras a hacerlo. Hazlo, no esperes que sea perfecto: la experiencia te irá aproximando cada vez más a esa vaga e ilusoria zona llamada «perfección».

No planifiques demasiado: comienza y punto

La planificación requiere tiempo, análisis y, sobre todo, estrategia. Es decir, si cuentas con un equipo y con personas expertas en este asunto, maravilloso. Pero si estás solo, puede que llevar una planificación muy estricta termine por saturarte y que, tras un par de semanas, no la sigas.

Cuando he preparado mis desafíos de memoria, ciertamente me he atenido a una planificación. Con todo, esta dista de ser perfecta y, en especial las primeras semanas, suelo modificarla de forma periódica. En mi caso, la reviso de vez en vez para saber en qué parte de la preparación me encuentro, para poder observar este monstruo que es el desafío con perspectiva, solo para darme cuenta de que no es tan temible como parece.

En un principio casi nunca logro mis metas diarias, pero con el paso de las semanas, una vez que el hábito se ha consolidado, entonces noto que puedo avanzar muchísimo, incluso más de lo que me propongo hacer ese día.

Este no es un artículo sobre planificación estratégica de proyectos (incluido el estudio, es decir, «un proyecto académico»), pero sí puedo darte un consejo importante al respecto: cuando notes que comienzas a abrumarte, recuerda siempre dividir la cantidad de temas que te quedan por estudiar por la cantidad de tiempo que falta para la evaluación. Es decir, temas dividido en plazo.

Calcula tus temas por día

Si aún te falta estudiar 1500 artículos legales completos y tu plazo es de 6 meses (es decir, 6*30=180 días, aproximadamente), entonces tu métrica sería 1500/180=8,3 artículos por día; redondeando hacia arriba, deberías estudiar un mínimo de 9 artículos por día para llegar a tu meta.

Considera algunos puntos importantes sobre calcular tus temas por día:

  • Debes determinar cuáles son tus temas a estudiar. Pueden ser conceptos, unidades, enfermedades, artículos, etc.
  • Cada tema no pesa lo mismo, es cierto, pero da igual: esta métrica te permitirá tener perspectiva, ayudando a combatir la parálisis por análisis.
  • Este valor no considera los repasos, que son fundamentales, sino que se centra en lo mínimo que deberías estudiar al día para alcanzar a revisar todo el temario.
  • Sé flexible. Si tu plazo es de 6 meses, entonces juega con la métrica: «Necesito hacer un primer estudio de todo el temario en la mitad de tiempo, es decir, 1500 artículos en 3 meses, lo que me daría 17 artículos como mínimo por día».

Con respecto al último punto, este es precisamente el criterio que aplico yo cuando me preparo para batir un récord: debo repasar todo el material por lo menos en la mitad del plazo que tengo.

Para los 20.000 decimales del número pi, me preparé durante 3 meses; en un mes y medio debía tener los 20.000 decimales repasados. Para las 2023 fechas históricas, debía estudiarlas todas al menos en 2 meses, ya que debía presentarlas en vivo dentro de 4 meses.

Lo interesante es que cada nuevo repaso del material completo va tomando menos tiempo (puesto que se va robusteciendo la huella de la memoria). De manera que el segundo repaso de todos los eventos históricos no me tomó dos meses más, sino considerablemente menos.

En tu caso, puede que no notes este beneficio inmediatamente. No te aflijas: lo notarás cuando completes el segundo repaso de todo el temario y compares los tiempos que te tomó llevarlos a cabo. Y lo notarás aún más si alcanzas a repasar todo una tercera o cuarta vez.

La clave está en cultivar un hábito de estudio

Ahora bien, por lejos lo que más me ha ayudado a lograr los desafíos que me he propuesto y presentarlos en vivo sin errores ha sido persistir; esto es, cultivar el hábito.

El desafío de las fechas históricas lo presenté teniendo un hijo menor de dos años y con un segundo hijo en camino (el que, de hecho, nacería menos de dos semanas después del desafío; ¡excelente timing!).

Cada vez que vi una oportunidad, repasé. Por ejemplo, cuando debía hacerlo dormir, aprovechaba de pasearlo en brazos y de recitar las fechas en mi mente (active recall). Estos momentos son cruciales: estás preparando un examen difícil y son estas las instancias en las que estarás poniendo un ladrillo más en esa torre llamada hábito de estudio.

Resultados extraordinarios exigen una mentalidad afín. Levántate temprano, no te quedes en cama más de la cuenta. Si te estás aburriendo en un evento social, vete de ahí y aprovecha de descansar (tu cerebro lo necesita). Si sientes que te estás distrayendo mucho, sal a caminar unos minutos y vuelve, con una mente renovada, a tu sesión de estudio.

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Mientras más repitas una actividad, se volverá más automática y más sencilla de implementar.

Aplica estas técnicas de estudio en tu rutina diaria

¿Cómo acordarte de cada técnica y cómo saber cuándo aplicar una u otra? La «implementación estratégica» te la irá dando la experiencia. Confía en mí. Por ahora, simplemente considera que me he preocupado de elaborar este artículo organizando las técnicas de acuerdo al siguiente criterio:

Criterio 1: Técnicas de estudio en sí basados en el principio de la elaboración, para facilitar el primer repaso y la puesta en marcha. Elige una técnica por concepto (o más de una para temas muy complejos).

  • 1. Lectura activa
  • 2. Mapas mentales
  • 3. Método Cornell
  • 4. Técnica de Feynman

Criterio 2: Técnicas de memorización basadas en el principio de la facilitación, para ayudar a retener al pie de la letra grandes cantidades de información.

  • 5. Asociaciones mentales
  • 6. Palacios de la memoria

Criterio 3: Simulación o «método del caso», para poner a prueba no solo tu memoria, sino además tu capacidad de análisis y resolución de problemas.

  • 7. Ejercicios prácticos

Criterio 4: Principio de la repetición, para aplicar el repaso espaciado fomentando en paralelo el active recall.

  • 8. Flashcards

Criterio 5: Hacer, hacer y hacer, sin pensárselo tanto, para comprender que el punto más importante tiene que ver con sentarse a estudiar más que con esperar el momento perfecto.

  • 9. Hábito de estudio

Finalmente, recuerda que en cada caso debes promover el recuerdo activo de la materia (active recall), puesto que así se te evaluará en la vida real (y, pues nada, porque este es uno de los principios de aprendizaje a largo plazo que cuenta con mayor respaldo científico).

Me alegra que hayas llegado hasta este artículo, ya que le he puesto varias horas de análisis, redacción y, sobre todo, cariño. Mis mejores deseos para tu examen y tu futuro.

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